Hace poco se ha celebrado el aniversario de la muerte en accidente de Félix Rodriguez de la Fuente y viendo un documental sobre su vida es donde he encontrado la respuesta a mi interés por la Naturaleza.
L@s que tenemos más de 40 años sabemos quien fue. Un divulgador de la naturaleza y defensor de los espacios naturales, la biodiversidad y el respeto a todos los animales en una época donde no existía ninguna conciencia ecológica.
Aun recuerdo en mi infancia la música de la sintonía de El Hombre y la Tierra. Era la llamada a toda la familia para plantarse frente a la tele. Mis herman@s y yo observábamos embelesados las evoluciones del lirón careto en su madriguera o cómo el quebrantahuesos rompía con una piedra los huevos para comerse lo de dentro. También supimos que el lobo no era un animal tan maligno como lo pintaban en los cuentos, ni las rapaces tan dañinas para el ser humano. Así aprendí el respeto por la naturaleza y la necesidad de preservarla por el bien del ser humano. La enciclopedia Fauna coronaba una de las estanterías de la sala, desgastada de su uso.
Aparte de divulgar, Félix trabajó en otros ámbitos. Recuperó el noble arte de la cetrería y consiguió que se prohibiera la caza de rapaces y su protección, algo permitido y fomentado desde las administraciones. También consiguió convencer a las autoridades de que todos los animales eran necesarios para el equilibrio ecológico y paró el exterminio programado por parte del gobierno de lo que ellos llamaban "alimañas"
Entre otras cosas fue máximo promotor de Adena, organismo de protección y defensa de animales, ayudó en la promulgación de Parques Naturales y Nacionales. Participó en la fundación de la sociedad española de ornitología. Organizó varios campamentos infantiles que acogieron cientos de niños. Teniendo en cuenta que era dentista, queda bien claro su amor a la naturaleza.
También tuvo sus polémicas debido a su carácter y a que utilizó a animales acostumbrados a la presencia del hombre para varios de sus reportajes. Si no hubiera sido así, jamás se hubieran conseguido grabar esas imágenes en plena naturaleza.
Su amor por la naturaleza y por el ser humano que vive en armonía con ella se reflejan en estas palabras que pronunció en un reportaje sobre las tribus primitivas que existen en nuestros tiempos. "Quien haya viajado por el mundo y haya convivido con los pueblos primitivos, ha podido obtener una observación: Los pueblos primitivos son felices, se ríen siempre. Pueden pasar hambre, pasar sed, pueden tener ritos abominables para nosotros, pero no conocen el aburrimiento, la angustia, la frustración y, sobre todo no conocen el suicidio"
Y yo me pregunto, ¿Dando la espalda a la naturaleza hemos evolucionado a una sociedad donde somos más felices que cuando eramos primitivos?
Javi Mazón
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