viernes, 21 de octubre de 2016

POZOITUTAKO AIREA




     El núcleo urbano de Ortuella se encuentra en una situación geográfica privilegiada a la hora de recibir contaminación altamente peligrosa, cancerígena o molesta, según de donde venga el viento. La poca elevación sobre el nivel del mar y el hecho de estar rodeada de montañas, hacen que la polución no tenga escapatoria y se quede estancada en este valle, lo que convierten a nuestro pueblo en el imán que atrae a todo tipo porquería que escupen las chimeneas que nos rodean. Meatzaldea, tras el auge minero, se ha convertido en el vertedero de Bizkaia. 

   Los vientos predominantes son los de Norte-Noroeste que recogen el veneno invisible y los humos de la combustión química que vomita al aire la refinería. De la boca de la chimenea directo a nuestros pulmones. Si el viento es más del Norte, nos tragaremos la contaminación de las empresas que se encuentran en el Puerto, otra contaminación de la que carecemos de información y que sueltan su mierda con total impunidad debido a la falta de accesibilidad por parte de la ciudadanía.


   Cada vez más, son los días que predomina el viento Sur, cosa que tampoco nos favorece, pues cambiamos de aire cancerígeno, esta vez el de la incineradora. Desde Zabalgarbi vierten toneladas de CO2 de la combustión de nuestras basuras que el viento distribuye por toda la zona debido a su situación privilegiada en el balcón del Gran Bilbao. Está lejos, pero seguro que algo de su mierda nos salpica.


   Ya más cerca, tenemos Nervacero y la Seberia. Una, con su polvo que se puede masticar algunos días, sobre todo en la zona de Urioste y la otra, ya la conocemos desde hace 50 años. Su olor nauseabundo lo repartimos entre l@s vecin@s de Ortuella y Trapagaran. 

   La parte alta de nuestro pueblo también tiene lo suyo. Bajo su subsuelo yacen toneladas de lindane que no sabemos si algún día no aparecerá en nuestra cadena alimentaria. Un lujo.

   No es cuestión de ser alarmistas ni pesimistas, la realidad es la que es y debemos ser conscientes de ello, pero, ¿y las autoridades sanitarias?,¿están alerta sobre posibles enfermedades derivadas de el veneno que respiramos?, ¿han hecho estadísticas comparativas de el ratio de enfermedades cancerígenas con respecto a otras zonas menos expuestas?
   Tenemos derecho a saber cual es el riesgo para nuestra salud por vivir en Meatzaldea. Las autoridades tienen el deber de velar por nuestro bienestar controlando las emisiones y apostando por una gestión de residuos que sea más respetuosa con el Medio Ambiente y con nuestra salud. Ya está bien de apostar por la quema de residuos, de no vigilar la emisión de humos y gases de la refinería y de no castigar su dejadez con contundencia. Basta ya de malos olores y de humos que nublan la autopista y de usar nuestros montes como vertederos de productos químicos. Meatzaldea se merece un respeto y somos personas que queremos disfrutar de una buena calidad de vida, no somos ciudadanos de segunda. ASKI DA!!!! 

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