martes, 22 de mayo de 2018

KOLORE GUZTIETAKO BASOAK. BERRIAK.


  Desde Plural Anitzak apostamos fuerte por el proyecto Kolore Guztietako Basoak junto con gran cantidad de personas y grupos de muchos ámbitos. Para difundir y concienciar de que esta forma de gestionar el monte es la más adecuada, vamos a publicar el material divulgativo que llegue a nuestras manos en esta materia. Empezamos por este resumen de un artículo más extenso que arroja luz sobre los datos y ahonda en el problema de una forma más global, fuera de Bizkaia. 

Plantaciones de pino y eucalipto en Bizkaia:
la desaparición del bosque atlántico
Exposición basada en el artículo "Eucaliptos: La desaparición del bosque atlántico.
¡Emergencia!", publicado en el blogspot "La mirada del mendigo" el 9/12/2015.


    Vamos a empezar con una pequeña descripción de lo que nos ofrece el bosque
autóctono gallego, asturleonés, cántabro o vasco.
El bosque mixto cantábrico o atlántico está constituido por mezclas diversas especies
entre las que domina el roble común, fresno, arce, abedul, tilo, castaño, haya y
gran cantidad de arbustos de alto porte como el avellano, el acebo o el laurel. Según
nos acercamos al Sur, en las áreas de transición con el clima mediterráneo, se alternan
con otros hermanos y primos: la encina, el alcornoque, el pino y otros robles de menos
porte: el carrasco y el rebollo.
   Estas especies dan cubierta a un nicho de biodiversidad, bajo el cual crecen una enorme
variedad de especies vegetales de plantas epífitas (musgos, líquenes, helechos),
lianas o enredaderas, matorrales, hongos y herbáceas. Asimismo, dan cobijo y sustento
a una interminable relación de especies animales, que incluye desde grandes mamíferos,
pasando por pequeñas aves y reptiles, hasta llegar a los insectos y seres microscópicos,
todos igualmente necesarios para construir un ecosistema forestal íntegro.




   Pero todo esto que debería ser algo normal y habitual en nuestra tierra está en
peligro. De hecho, si fijas la mirada en tu entorno, te darás cuenta que se puede decir
que, en muchas comarcas, de estos bosques autóctonos ya casi que sólo queda el recuerdo.
   La deforestación para ganar tierras de labor y pastos y la introducción de especies
alóctonas (importadas) de ciclo corto de crecimiento, como los pinos y eucaliptos,
están reduciendo la extensión de nuestros bosques hasta la aniquilación.
No es ninguna exageración, y cualquiera que conozca estas tierras sabe que los
eucaliptos están extendiéndose rápidamente y se han unido al pino en la colonización
de todo el territorio. La situación es gravísima y supone un desastre ecológico absoluto:
toda la biodiversidad que contenía el bosque mixto atlántico está desapareciendo.
No hay en toda la Península Ibérica ninguna pérdida de biodiversidad comparable a
este fenómeno, por su extensión territorial, intensidad e grave irreversibilidad. La reforestación con especies alóctonas es, en el presente y por sus consecuencias a largo
plazo, la mayor amenaza del bosque atlántico; ya que al introducir eucaliptos o pinos,
éstos rápidamente se hacen con el techo del bosque, privando de luz a las especies
autóctonas, de más lento crecimiento, e impidiendo definitivamente la regeneración del
bosque y de todo el ecosistema que debe sustentar.
   En Brasil usan un término para referirse a estos monocultivos: el desierto verde.
Puede sonar contradictorio, pero es una atinada paradoja para referirse a aquellos
terrenos ocupados por solo una especie; que al ser foránea, y ser cultivada en régimen
de monocultivo, no tiene asociado un ecosistema propio que se desarrolle con ella. Son
plantaciones silenciosas por la falta de animales, sin pájaros que canten ni roedores
que muevan las hojas al escabullirse. Monótonas, sin diversidad vegetal, porque muy
pocas plantas consiguen adaptarse a las nuevas condiciones del suelo creadas por las
nuevas especies.




   Las instituciones, en nuestro caso la Diputación de Bizkaia, dan soporte legal y
subvencionan está reforestación maderera (no forestal) en terrenos privados, pese a
las opiniones contrarias de todos los estudios científicos, e incluso, económicos. La
Diputación incluso llega más allá: tiene plantadas en más de dos tercios del terreno
público de Bizkaia, que administra ella, explotaciones de pino y eucalipto. Para establecer
un paralelismo que demuestre lo irracional que es que ella misma impulse estos
cultivos, imaginemos el disparate que sería que la Diputación de Bizkaia promocionase
y subvencionase la introducción del mejillón cebra y el cangrejo rojo americano en
nuestros ríos y embalses, del mosquito tigre en nuestros humedales o de la avispa
asiática en nuestros montes.
   ¿No es ridículo que se enseñe a los niños que liberar una especie exótica en la naturaleza
(tortugas, loros…) supone una amenaza muy grave para el medio natural…
mientras que la Diputación promociona la introducción de especies invasoras
hasta la cubrición total del territorio?
El motivo y justificación de este desastre es abastecer de materia prima barata,
madera de pino y eucalipto, a la industria transformadora, principalmente a la industria
de la pasta de papel, ya que esas maderas carecen de calidad para muchos más usos.
   Además, el eucalipto es un cultivo ideal para desentenderse del cuidado de los montes:
se planta y no hay que volver por esa parcela hasta quince años después, que toca la
corta; tras la corta, ni siquiera hay que volver a plantar porque rebrotan del pie, y a esperar
esta vez veinte años, porque la tierra está agotada y los árboles cada vez crecen
más lento (en ocasiones tierras de labor, abonadas y enriquecidas durante generaciones
para poder dar tomates, maíz, patatas que sostuvieran a una familia…son ocupadas
y debilitadas en el curso de una generación sin respeto por su tierra y su pasado).
   Entre España y Portugal, suman el 59% de todos los Eucaliptus globulus
del mundo. ¿Acaso tiene esto algún sentido?
En Europa, los únicos Estados que permiten, fomentan, y subvencionan el cultivo
del eucalipto son España (ENCE) y Portugal (Celbi y Portucel), a pesar de que en
toda la fachada atlántica europea se dan unas condiciones climáticas y edafológicas
incluso más propicias. En el mundo, sólo países poco desarrollados destruyen sus ecosistemas para plantar especies alóctonas: Brasil, Uruguay, Colombia, Indonesia… No
hay un solo país desarrollado que permita la barbaridad de destruir sus bosques autóctonos,
La razón es que unos bosques autóctonos bien preservados pueden aportar una
riqueza complementaria, no sólo maderera, como nos enseñan nuestros vecinos europeos.
   Hay otros países en Europa en los cuales el sector forestal es muy importante:
Austria, Finlandia, Eslovaquia, Ucrania... Todos ellos aprovechan su riqueza sin necesidad
de cometer el crimen ecológico de introducir especies alóctonas. Los dos principales
sectores económicos austríacos son el forestal y el turismo. Prueba de que,
obrando con inteligencia, se puede mantener un entorno bello, bien preservado, y obtener
rendimiento económico de él.
   La vecina Francia, líder mundial en el uso de biomasa, porque tras el éxodo rural permitió
la regeneración de sus bosques, y ahora son la principal fuente de calefacción de
la Francia rural, evitando importaciones de hidrocarburos. Está el mercado de las setas
y demás productos del bosque, y las enormes posibilidades que ofrece el turismo
ecológico. ¿Qué visitante va a querer visitar un entorno que es feísimo, un horror, totalmente
desprovisto de encanto paisajístico y vida?

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