En un pequeño pueblo, entre el norte de África y Oriente Medio, la tradición exige que las mujeres busquen agua en la fuente que nace en lo alto de una montaña. Han de hacerlo diariamente bajo un sol abrasador a pesar de que físicamente no se encuentran preparadas para soportar ese peso y esas temperaturas. Leila, una joven casada, propone a las demás mujeres una huelga de sexo: no mantendrán relaciones sexuales hasta que los hombres colaboren con ellas en el transporte del agua hasta la aldea. Una lucha contra los valores arraigados del machismo y el patriarcado dentro de una cultura que pide a gritos una remodelación.
De ella han dicho:
"Hay dos aspectos que la redimen de su condición de bienintencionado cuento chino. El primero, la fuerza del relato: delicado, tierno, bello, sensible. (...) El segundo (...) es el que da que pensar"
Javier Ocaña: Diario El País
"Todo es transparente, intenso, duro, sentimental y comprensible"
Carlos Boyero: Diario El País
Lluís Bonet Mojica: Diario La Vanguardia
"Cine social, 'buenrollista', con la única gracia (o desgracia) de la oportunidad (u oportunismo)."
Luis Martínez: Diario El Mundo
"Toca tantos palos, y con tan buenas intenciones, que su retrato sobre esta comunidad en crisis es pura superficie"
Sergi Sánchez: Diario La Razón
Allan Hunter: Screendaily
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