martes, 16 de enero de 2024

CINE EN EL SALÓN GORBEA. OSS DESDE ÁFRICA CON AMOR.

 



1981. El mundo ha cambiado desde las últimas aventuras de OSS 117, el mejor agente secreto de Francia. El feminismo gana terreno, la tecnología informática se está desarrollando, y los comunistas acechan por todas partes. En medio de todo este tumulto, Francia envía a su principal espía a África para ayudar al presidente Bamba, cuya reelección está amenazada por rebeldes dirigidos encubiertamente por su joven esposa.

Evidentemente, nada más llegar empieza a hacer comentarios racistas, que a él se le antojan de lo más normales, y a encamarse con la primera que se le pone a tiro. Pero estamos en 1981 (no en los 60, como en las dos películas anteriores) y las bromas de Hubert empiezan a no hacer gracia (aunque previamente lo hayamos visto aparecer por las oficinas de la OSS saludando a todas las empleadas con una palmada en el culo). Para colmo, debe cargar con un novato que le parece un inútil y un mariquita, pero que luego resulta que es más eficaz que él en la lucha y en la cama (tras un primer gatillazo, Hubert evita el segundo poniéndose a pensar en la torre Eiffel y en el presidente Giscard D´Estaing tocando el acordeón). Como de costumbre, resuelve la misión a su manera (o sea, casi por casualidad) y vuelve a Francia dispuesto a seguir sirviendo a la patria, aunque le preocupa que pueda ganar las elecciones Mitterrand porque lo considera un comunista peligrosísimo.

Como el resto de la serie, Desde África con amor se sostiene, principalmente, gracias a un guion bastante gracioso y a Jean Dujardin, que es un comediante colosal. El cambio de director apenas se nota, como no sea en la tronchante secuencia de créditos, que imita las de la saga de 007, como ya había hecho Segura en sus películas de Torrente. Poner a un imbécil a protagonizar una cinta cómica suele salir a cuenta, como demostró Mike Myers con sus aventuras de Austin Powers. Yo diría que quien disfrutara de ellas lo hará también con las de OSS 117. No siempre está uno de humor para el cine de arte y ensayo y no hay que hacerles ascos a unas buenas risas de vez en cuando.


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